Viaje Familiar a África – Uganda y Ruanda

Un año más, la familia DD se disponía a hacer un viaje de aventura. Tenían claro que querían volver a África en busca de sus atardeceres mágicos, sus interminables paisajes y sus etnias. Ya conocían Tanzania y el Delta del Okavango por lo que buscaban algo más autentico, más profundo, y con aún más aventura. Para ello, acudieron a Hanaley para que les prepararemos un itinerario a medida basado en sus ideas y su estilo de viaje.
Es brutal planear un viaje con Hanaley. Desde el primer día te acompañan en todo el proceso de creación. Así como lo definen ellos, organizar un viaje es una obra de arte… meticulosos, con atención al detalle, entender y sorprender. Nos propusieron Uganda y Ruanda y acabó siendo nuestro viaje preferido en África.”
El viaje empezó en Entebbe, donde nos juntamos con el resto de la expedición y nos recogió el camión-casa que fue nuestro transporte por los dos países. El camión para este tipo de viajes lleva todo lo que necesita un viajero para vivir dos semanas en África, incluso un chillout y una biblioteca. Además, nos presentaron al guía, al conductor, al cocinero y a dos ayudantes. Todos acabaron siendo amigos y aún hoy tenemos relación con ellos.
La primera parada fue en las fuentes del Nilo donde estuvimos dos días acampando en el Luxury Nile River Camp al borde del río. Desde aquí hicimos excursiones a pueblos cercanos para convivir con la gente local y conocer sus modus vivendi. Visitamos un colegio, tuvimos oportunidad de dar una clase y compartir con los niños aquello que podíamos transmitir. Acabaron enseñándonos mas, ellos a nosotros que nosotros a ellos. La aventura no tardó en llegar ya que al día siguiente nos esperaban dos botes de rafting para bajar los rápidos del Nilo para llenarnos de adrenalina y risas.
La siguiente etapa ya nos adentrábamos en el reino animal. Esta vez nos tocaba un safari a pie entre Rinocerontes acompañado por Rangers que nos explicaban todo sobre ellos. Por la tarde de camino a nuestra siguiente región, nos paramos en un mercado local de lo más auténtico que había visto.
Después de llevar ya unos cuantos días disfrutando de la vida local de Uganda, nos adentramos en su sábana en el Parque Nacional de Murchison Falls, dónde nos perdimos en su extensa llanura, hicimos la siesta bajo una acacia cual león, nos bañamos en las cascadas, observamos cebras, jirafas y elefantes, y acabamos disfrutando de un atardecer mágico con un gintonic en mano.
Qué gusto despertarse con el sonido de los animales de la sabana en el campamento improvisado que hace dos días montó la crew del viaje al borde del lago. Recuerdo esa mañana saliendo de la tienda sintiéndome completamente libre, como si estuviera en una expedición de la antigua National Geographic inglesa junto a Livingston y otros exploradores. Ese día dejamos la sabana atrás para adentrarnos en el bosque impenetrable de Bwindi para ir a observar los Chimpancés salvajes.»
Durante los siguientes días seguimos cruzando el país, entre sabanas, poblados, lagos. Todo un contraste natural maravilloso. La gente de los pueblos siempre te recibe con gran alegría.
El día 10 de viaje llegamos a la frontera con Ruanda y nos dirigimos hacia las montañas Virunga a buscar los Gorilas salvajes de espalda plateada. Paramos a medio camino para reponer fuerzas en el famoso hotel de la película El Hotel de las Mil Colinas, donde disfrutamos de un concierto por la noche en la terraza del hotel. A la mañana siguiente, de camino hacia las montañas paramos en el museo del genocidio entre los tutses y tsunis, la verdad es que fue muy impactante, pero toda una lección de historia.
Llegó el día más deseado, nos despertamos en nuestro lodge a pie de las montañas Virunga o también llamadas Montañas de la Niebla. Anoche avistaron una manada de gorilas a unas 4 horas de trek así que nos dirigimos hacia ellos entre la densa selva mientras amanece en Ruanda.
Después de caminar entre la selva más densa que había conocido nos topamos con la manada de gorilas. Fue una experiencia maravillosa que nunca olvidaré. Poder estar entre ellos en silencio observando cómo vivían fue algo inexplicable. Me acuerdo ver los pequeños jugando y revolcándose, a las madres cuidando de los mas peques, y los machos alfa comiendo y vigilándonos a nosotros.
El viaje en general fue un viaje de contrastes de paisajes, animales, actividades, personas y experiencias. Un MUST para todo amante de África. Sin duda repetiremos con Hanaley, a ver con qué nos sorprenden esta vez».
*Todos los viajes que mostramos en nuestro blog de viajes a medida de Hanaley son organizados por nosotros y con viajeros reales.

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